miércoles, mayo 16, 2012

ECOLOGÍA


En la cola del supermercado, el cajero dice a una señora mayor que debería traer su propia bolsa de la compra porque las bolsas de plástico son dañinas para el medio ambiente. La señora pide disculpas y explica: 

- “Es que en mis tiempos no pensábamos en la ecología”

El empleado le contesta:
- Ése es el problema que tenemos ahora. La generación de ustedes no se preocupó de preservar el medio ambiente.

Tiene razón –dijo la señora-. En aquellos tiempos no pensábamos en la ecología. 

En aquel entonces las botellas de leche, de refrescos y de cerveza se devolvían a la tienda. La tienda las enviaba de nuevo a la fábrica, donde las lavaban y esterilizaban…, … antes de llenarlas de nuevo, de manera que podían utilizar los mismos envases una y otra vez. Así los reciclaban de verdad.

Pero es verdad, en aquellos tiempos no pensábamos en la ecología.

Subíamos y bajábamos escaleras, porque no había artefactos mecánicos en todos los comercios y oficinas. Íbamos andando a la tienda…, en lugar de usar el coche de 200 caballos cada vez que teníamos que recorrer dos manzanas. 

Pero tiene usted razón. En aquellos tiempos no pensábamos en la ecología.

Entonces lavábamos y reutilizábamos los pañales de los bebés, porque no los había de un solo uso. Secábamos la ropa en tendederos, no en esas máquinas de 220 voltios que consumen mucha energía rugiendo para secar la ropa. Las energías solar y eólica secaban nuestra ropa estupendamente. Los niños usaban la ropa de sus hermanos mayores, no siempre modelitos nuevos.

Pero tiene usted razón: en aquellos tiempos no pensábamos en la ecología.

En aquel entonces teníamos un televisor o una radio en cada casa, no un televisor en cada habitación y un equipo de música de miles de vatios. Y el televisor tenía una pantalla del tamaño de un pañuelo (¿recuerdan?) no una pantalla del tamaño de un campo de fútbol.
En la cocina molíamos, batíamos y desmenuzábamos a mano, porque no había aparatos eléctricos que lo hicieran todo por nosotros.
Cuando embalábamos algo frágil para enviarlo por correo usábamos periódicos arrugados para protegerlo, no envoltorios de burbujas o bolitas de plástico.
En aquellos tiempos no encendíamos un motor y quemábamos gasolina sólo para cortar la hierba. Usábamos unas tijeras cortadoras que funcionaban a músculo. Hacíamos ejercicio trabajando y no necesitábamos ir a un gimnasio para correr sobre pistas mecánicas que funcionan con electricidad.

Pero tiene usted razón: en aquellos tiempos no pensábamos en la ecología.

Cuando teníamos sed bebíamos en una fuente, en lugar de usar vasos y botellas de plástico cada vez que queríamos beber agua.
Recargábamos las estilográficas con tinta, en lugar de tirarlas y comprar otras nuevas.
Y cambiábamos la hoja de afeitar en vez de tirar a la basura toda la maquinilla sólo porque la hoja ya no corta.

Pero entonces no pensábamos en la ecología.

En aquellos tiempos la gente usaba el tranvía o el autobús y los niños iban a la escuela en bicicleta o andando, en lugar de usar a su madre como un servicio de taxi disponible las 24 horas.
En cada habitación teníamos un enchufe, no una batería de enchufes para alimentar una docena de artefactos. Y no necesitábamos ningún aparato electrónico que enviara señales de satélites a kilómetros de distancia…, para encontrar la pizzería más cercana.
Así que ¿no os parece lamentable que la generación actual critique lo estúpidos que éramos los viejos por no pensar en la ecología en nuestros tiempos? 

Moraleja:

No estoy en contra de la tecnología, pero te envío esto por si algún listillo intenta darte una lección sobre ecología. Al fin y al cabo la ecología es un invento para cualquier cosa menos cuidar el planeta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario