Canalizado por Gillian MacBeth-Louthan
Han anunciado a todos que el contenido molecular de su ser va a ser luz. Han llegado hasta el centro del Universo que ustedes representan. Deslizándose a través de las cadenas que han usado como adorno. En la quietud de todo lo que son reside la verdad del asunto, reside la verdad de la tierra y del corazón. Es dentro de la quietud que van a encontrar lo bioluminiscente en que tienen que convertirse. La Luz dentro de la estructura celular de su ser cambia en luminancia como un pez de aguas profundas. Visualicen que su ADN se hace bio-luminiscente, brillando en el centro líquido de sus células, su flujo y reflujo.
Somos el Consejo de Ella. Venimos del pasado y el presente simultáneamente. Nos sentamos en la intersección del tiempo esperando que un portal les recuerde que dentro de ustedes existe tanto ella como él, el Dios y la Diosa. Cuando la diosa (Dios en Nosotros) se activa no tiene género, ni especificaciones. Los portales del pasado ahora se cierran muy rápidamente. Miran hacia atrás (esperando no convertirse en sal) para descubrir dónde han estado, pero todo ha cambiado, el paisaje se ha despejado mostrando una nueva costa.
Cuando ustedes vinieron a la tierra le dijeron al universo que eran capaces, y que no se preocupara, que ustedes harían el trabajo. Al ser terrestres una densidad cayó sobre ustedes. Su luz cambió y sus contratos se convirtieron en una carga. En esa carga, perdieron su deseo. Perdieron su pasión. Perdieron su empuje. Encuentran que muy poco en la tierra los satisface. Quieren ser felices en su trabajo de luz. Quieren ser felices en su trabajo de sanación. Quieren ser felices en su vida, pero han perdido el entusiasmo. Han perdido su pasión. Estos contratos y cargas que llevan sobre sus hombros son como baldes sépticos de alguna vida oriental, llenos con lo que hay que eliminar.
Ustedes tratan de darse a luz a sí mismos de nuevo todos los días pero nadie aplaude sus culminaciones cósmicas, sus revelaciones humanas, y sus logros. ¿Dónde está el aplauso? ¿Dónde está el reconocimiento que su alma busca? Un Gran Depresión ha caído sobre la raza humana, una tristeza planetaria, un renunciar antes de que cambie la marea. Esta energía proviene de un recuerdo del ADN de un tiempo que está alineado con las tres caídas de la Atlántida. Un tiempo cuando se esforzaron tanto para levantar el mundo, para levantar la luz, para levantar a otros a un punto de seguridad, y no lo consiguieron. Vida tras vida, existencia tras existencia se han entregado al 100% y no han visto la culminación del contrato.
Nosotros, el Consejo de Ella y les pedimos que vayan al límite una vez más. Les enviamos cometas, asteroides, explosiones solares y energías de estrellas recién nacidas. Les enviamos postales de Sirio, de las Pléyades, de Arcturus y Andrómeda. Les enviamos grabados en el pasto verde y melodías características de los pájaros. Lo hacemos todo por ustedes. Para evitar que se den por vencidos, porque ustedes son la esperanza del planeta. Ustedes son quienes nunca se han rendido, a pesar de que querían. En esta vida han venido a limpiar a nivel celular las tres caídas de la Atlántida. No sólo la Atlántida de la tierra, sino la destrucción de la Atlántida estelar y las energías que le sucedieron.
Han clamado al Dios Todopoderoso, al Gran Espíritu, a Shekina, a todo lo sagrado a través de todas sus existencias. Sintieron que sus oraciones caían en oídos sordos y corazones cerrados. Cómo podía su Dios, su Creador, su Instrumento Santo, no salvarlos, no ayudarlos, no enseñarles, no mostrarles. Eso, queridos, es lo que vinieron a limpiar. Vienen para limpiar conscientemente las veces que ustedes fueron los videntes, los chamanes y los santos, los sacerdotes, los mesías, los que creyeron cuando nadie más creía. Ustedes mantuvieron esa creencia hasta el último aliento una y otra vez. Ustedes han representado al bien y a dios y la luz en todos los niveles de su ser y ahora les pedimos que mantengan esa confianza y creencia por un día más, un pensamiento más, un latido más del corazón. Vayan al límite de su luz una vez más.
Van a descubrir que el Dios al que han adorado, el Dios ante el cual se han inclinado, el Dios al que le han rezado no es más que un Dios seccional. Ustedes han visto, conocido y experimentado sólo una rebanada de ese pastel de luz. Les pedimos que sean los capitanes de su barco, el amo de su alma. No se supone que se hundan con el barco en esta encarnación. Éste es el tiempo y el lugar que han esperado.
El universo está a punto de rasgar sus limitaciones y abrirse para que ustedes vean exactamente lo que tiene que manifestarse. Las vibraciones que les llegan ya causan confusión en el cerebro. Están escuchando muchos niveles de comunicación, están viendo muchos niveles de luz, están experimentando muchos niveles del corazón, están derrotando muchos niveles de oscuridad, todo en el mismo aliento, en el mismo día, en el mismo pensamiento.
Cada singularidad que son ustedes está dividida en millones de componentes. Eso es aproximadamente cuántos componentes tienen dentro de cada pensamiento. Cada uno de sus pensamientos está tocando todo. Todo a través de su pasado, todo a través de su sangre y su historia familiar, todo a través de las estrellas, todo a través del universo y todo tiempo, todo espacio y todas las dimensiones. Ustedes son el lugar donde la vida se cruza con la vida.
Si pudieran ver el tejido de luz del que vienen, si supieran la historia que rodea a cada uno de ustedes, comprenderían que no hay fracasos, no hay deficiencias. Siempre han durado hasta el último minuto y nunca se han rendido, ni siquiera cuando el universo no se les mostraba, ni siquiera cuando su gente no se salvó, ni siquiera cuando no pudieron curar a su tribu, ni siquiera cuando ocurrió el desastre. Ustedes creyeron.
Sabemos que están muy decepcionados y furiosos con el Creador. Sabemos que a veces sienten que sus oraciones no han sido contestadas. Sabemos que se sienten como si hubieran sido descartados y abandonados, pero eso no puede suceder. Ustedes saben que nunca están solos. Les pedimos que vayan hasta el límite una vez más por todo lo que alguna vez creyeron y todo lo que no pudieron probar.
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